febrero 09, 2013

La última colina de Prispa


Una tarde de otoño era cuando Tom salió a hacer su habitual recorrido por el pequeño pueblo de Prispa para vender las verduras que cosecha su padre, esa tarde en especial tenía un encargo en la colina más lejana y al terminar de entregar todas las verduras en el centro de Prispa tomó su bicicleta para dirigirse a entregar el ultimo pedido. Después de manejar por varias colinas Tom distinguió a lo lejos una casa que parecía muy antigua y deshabitada, cuando se acercó a la casa dejo su bicicleta y recogió las verduras que traía acto seguido tocó tres veces la puerta mas como no obtuvo respuesta decidió retirarse pero sin darse cuenta sintió un terrible golpe en la nuca que lo dejó inconsciente.
Más tarde sin haber concebido lo que había sucedido escucho una voz familiar –Tom, Tom, dónde estás- de pronto reconoció la voz, era su hermana pequeña y antes de que se diera cuenta que estaba atado a un árbol, pretendía levantarse pero sin lograrlo comenzó a gritar –Mariana ayúdame, estoy aquí- Mariana rápidamente encontró a Tom y fue con él para quitarle los lazos que lo ataban, -Te he estado buscando, debías volver hace horas, cómo llegaste aquí- a lo que Tom contestó –No lo sé, lo único que recuerdo es que vine a entregar las verduras en la última colina de Prispa- después de escuchar eso Mariana quedó anonadada -¿Prispa? Pero si la última colina de Prispa quedaba ubicada totalmente en otra dirección. Estamos en las afueras de Prispa.
Después de tratar de entender lo que estaba sucediendo comenzaron a caminar de regreso a Prispa, cuando de pronto una camioneta se acercó a ellos y al bajar varios hombres sujetaron fuertemente a Mariana y la subieron a la camioneta, Tom sin poder hacer nada, pues todo había sucedido muy rápido, encontró su bicicleta y trato de seguirlos pero la camioneta era más veloz.
Entonces Tom sufrió una violenta caída dejándolo fuera del camino y tras rodar varias veces su rodilla se quebró con una enorme roca, pero en lo único que podía pensar era en su hermana y en que la tenía que recuperar. Tom trato de levantarse sin éxito.
–La llevaron a la última colina, nadie sabe que le hacen a las niñas pero jamás las vuelven a ver- se escuchó una voz, -Pues yo no me voy a rendir hasta encontrar a mi hermana- Tom le dijo a aquel hombre que estaba a unos metros de él, -Lo siento niño pero nadie que va a esa colina regresa con vida y tú con una rodilla rota menos lo vas a lograr- y el hombre desapareció.
Fue en aquel momento cuando Tom derramó sus lágrimas por la impotencia de no poder hacer nada y cuando se dio cuenta que tampoco podía regresar a su casa a dar la cara para decirle a su padre que su hija había sido secuestrada, llevada a la última colina de donde nadie regresa se plantó la decisión más difícil de su vida al escapar de Prispa. Se apresuró a llegar al puerto más cercano de Prispa y se dirigió a ascender al velero que zarpaba en ese instante. Mientras éste se alejaba varios sentimientos en él se encontraron, entre la impotencia de no haber hecho nada por su hermana, el rencor que le tenía a los hombres que plantearon todo y la cobardía de no enfrentar a su padre, un gran odio creció en él y juró poder algún día regresar y vengar a su hermana para que su padre lo pudiera aceptar de nuevo.

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